En Potrillo el cauce de Reventado está muy limpio, ya formó una barranca de más de 7 metros, hasta el Silencio Viejo. Se ensanchó más de 400 metros y por el sedimento depositado se colmataron los campos desde el borde del canal hacia la barrera. Por eso el agua casi no ingresa hacia la defensa, dejando lagunas y pequeños bañados en el medio. Si sigue funcionando de esa manera, que al inundar entre el canal y la defensa deja mucho sedimento, la gente piensa que Potrillo no se va inundar.
La situación desde la Brea, Quebracho y la zona de los tobas (Churcal-La Rinconada) es muy crítica. Es necesario un trabajo intenso de limpieza de correderas, construcción de defensas fuertes, con espigones y limpieza manual de los cauces. Los dirigentes y pobladores nos informan que esa tarea es necesaria hacerla todos los años, así como se hizo en la zona de Potrillo. "Ese es un tema que nosotros vamos a seguir insistiendo el gobierno, porque vemos que dio resultado en Potrillo", sostienen.
En cuanto a los peces, nos informan que a esa zona no han llegado todavía cardúmenes (no han bajado con la creciente). Algunos de los dirigentes de Formosa apoyan las movilizaciones del pueblo wenhayek para que el gobierno Boliviano dé ayuda a Argentina para las limpiezas necesarias en La Embocadura; sin embargo, sostienen que esas canalizaciones y limpiezas deben ser muy cautelosas, porque de otra manera el agua que ahora entra más al canal de Paraguay, entrará a Argentina muy rápido, poniendo a riesgo a las poblaciones que ahora se están resguardando de las inundaciones. "Ese es el problema de embocadura", sostienen algunos observadores indígenas.
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