viernes, 26 de febrero de 2010

Alerta en la zona de la costa

Hoy (26/02/2010) a las 3 horas am hubo un pico en Villamontes de 5,64 m (alrededor de 2.065 m3/s) y se mantuvo con 5,16 m hasta las 6 am (no hay otro registro reciente aún).  Desde las 19 hs de ayer el caudal superaba los 1.300 m3/s (altura hidrométrica en Villamontes: 3,54 m).  En Misión La Paz a las 8 horas se registraron 6,07 metros (caudal aproximado de 1.400 m3/s), creciendo.  Se trata de los máximos registros de la temporada, superando en cuatro veces a los registros de las anteriores semanas.

En Misión La Paz se registraron precipitaciones de 172 mm, entre las 22 horas del día 23 y las 8 horas del 24.

 
Localización de las estaciones hidrológicas en la cuenca 
(Mapa de la Dirección Ejecutiva de la Comisión Trinacional para el Desarrollo de la Cuenca del río Pilcomayo)


El flujo que pasó por Villamontes se estará sintiendo a la altura de Santa Victoria Este (Salta) alrededor del mediodía de hoy .  Posiblemente para el martes 2 de marzo o miércoles esté impactando en la zona de El Potrillo (Formosa) y entre miércoles y jueves en La Rinconada.

Por el estado actual del cauce y de la zona de bañados, debe considerarse como situación de alerta en toda la costa.

jueves, 25 de febrero de 2010

El Potrillo ¿a quién beneficia la desinformación?

Leíamos con asombro, en el diario formoseño La Mañana, la noticia del accidente de la barrera de El Potrillo.  El periodista dice literalmente que  
"Quedó completamente reparada y por ende controlada  la importante filtración sufrida en un sector de las defensas de la localidad de El Potrillo, deterioro producto de los picos de crecidas que experimentó en los últimos días el río Pilcomayo, con volúmenes de agua que arrastraron toneladas de sedimentos y grandes troncos que erosionaron el anillo de protección."

Las palabras en negrita las remarcamos nosotros.  ¿Por qué?  Sencillamente porque el río Pilcomayo, este año, no presentó ningún pico significativo desde el comienzo de las crecientes.  El cuadro que sigue muestra con elocuencia lo que queremos decir.
En el mismo se comparan las crecientes, entre Diciembre y Febrero, de los años 2005 al 2010.  En el 2005 la defensa estaba prácticamente terminada y el agua llegaba a cinco kilómetros de su base.  Desde el 2008 el agua llega a la misma, por el proceso de colmatación de los valles bajos por donde circulaba anteriormente.  En el gráfico vemos con claridad, en línea negra, que hasta el 24 de febrero no hubo picos de crecida que pudieran significar un riesgo, en comparación con los anteriores años.  Lo que no se dice en las noticias es que las obras de canalización que se han hecho en los cuatro últimos años, han ayudado al Pilcomayo a avanzar hacia la barrera.  Tampoco se dice (y en esto posiblemente esté desinformado el periodista) que "las toneladas de sedimentos arrastrados" no erosionaron la barrera, sino que acrecentaron el suelo del lado del bañado, disminuyendo la capacidad de la obra de soportar el peso del agua y su acción humidificadora.  No es lo mismo que el agua humedezca una base de treinta metros a que actúe sobre un coronamiento de ocho, con grietas y cárcavas no reparadas a tiempo.  Si las cosas se tendrían que hacer de otra forma o si esta fue la manera posible, no es un punto a debatir ahora.  Lo importante es que se informe correctamente a la población local que el riesgo de anegamiento es inminente ante la presencia de una elevación de caudales normal, como puede ocurrir en los próximos días; y como sería coherente con una creciente normal del río, que hasta ahora no hubo.


La posibilidad de tomar decisiones a tiempo con respecto a acciones a realizar, sean estas de evacuación o de refuerzo de la infraestructura de defensa, depende en gran medida de que la población tenga la información correcta respecto al comportamiento del agua.  Es necesario reiterar que la creciente, hasta ahora, no ha sido grande ni hubo picos críticos.  Para el poblador de la banda Sur del bañado, entre El Potrillo y El Quebracho, el avance del agua aparece impactante, porque casi la totalidad se recostó sobre ese lado, en parte por el desarrollo de los procesos de acrecentamiento de los suelos y colmatación de los valles de escurrimiento; y en parte por las acciones antrópicas, con la ejecución de canales cada vez más al sur, acercando peligrosamente el agua hacia los sitios poblados y descuidando la presencia del antiguo canal del agua potable, que hoy genera una fuerte correntada hacia el pueblo.  Actualmente, el tramo de la barrera comprendido entre la picada de El Reventado y la picada hecha en el 2008, como camino para iniciar la nueva defensa, ocupa los sitios más bajos de la zona, por donde necesariamente escurrirá toda el agua que venga.  Avanzando hacia El Quebracho, la nueva defensa, cuya construcción fue iniciada este año, también se encuentra rota o no terminada adecuadamente en varias partes, coincidentes con los sitios más bajos por donde se desplaza el agua y poniendo en riesgo a todas las poblaciones que se encuentran aguas abajo, desde El Quebracho hasta La Rinconada.


Hablar de que la ruptura se produjo por los picos de los últimos días es una irresponsabilidad periodística que no entendemos a quién beneficia.  Si la gente cree esto, quedará tranquila pensando que se trata efectivamente de aquellos picos conocidos por la experiencia de años, cuando, en realidad, dichos picos recién estarán por llegar en los próximos días, según los aumentos de caudal registrados esta mañana en Villamontes, Bolivia.


Situaciones similares se pueden repetir, en el futuro, en María Cristina, en donde la defensa no ha tenido mantenimiento desde hace años y la vegetación está socavando sus mismas bases, en tanto que varios canales cruzan por adentro del pueblo; en La Rinconada, en donde el fenómeno de acercamiento del agua y acrecentamiento de los suelos por la deposición de los sedimentos y desarrollo de la vegetación, aumenta el riesgo de rupturas, especialmente en algunos sectores muy arenosos de la defensa; en El Cañón, debido a la precariedad de la obra y al empuje cada vez mayor del agua hacia el sur, por la colmatación con vegetación de las zonas centrales del bañado.

Sin dudas, las estrategias territoriales deben ser pensadas con otros criterios.  La desinformación no nos ayuda en esta tarea colectiva de construir el futuro.

martes, 23 de febrero de 2010

Grave riesgo de inundación en El Potrillo

En el verano del 2008 los chajá se posaron sobre El Potrillo.  Señal ineluctable de que su destino estaba definido con un desenlace final de anegamiento y abandono.  Los ancianos, que saben de aves y de señales, lo anunciaron.

La creciente del Pilcomayo este año aún no se ha hecho sentir.  A pesar de ello, el sábado 20 de Febrero a las 23 horas se rompió la defensa de la localidad El Potrillo, poniendo en grave riesgo a la población.  Horas después, la defensa que va desde El Silencio hasta El Quebracho se rompió en varias partes, dejando pasar agua por los bajos que conectan con la zona de Quebracho.

El Potrillo es una localidad habitada aproximadamente por dos mil personas.  Se encuentra a  cien kilómetros al Norte de Ingeniero Juárez, polo de desarrollo del Oeste de Formosa.  Tiene una infraestructura propia de un pueblo mediano que brinda servicios a más de diez mil personas en sus alrededores.  Varias escuelas primarias, un Centro de Educación Media modelo para la región, un Hospital, agua potable mediante una perforación profunda y un sistema de potabilización, energía eléctrica, comunicación mediante sistema de telefonía celular, casas, comercios, caminos; es parte de lo que se pone a riesgo con este accidente.  A menos de cinco kilómetros se encuentra Palmar Largo, centro logístico de la explotación petrolera de la región.


      Gráfico de la situación el día 19 de Febrero del 2010.  En rojo y rosados azulados, el agua


Durante el presente período estival el río Pilcomayo hizo muy pocos aportes de agua.  Cada año, para mediados del mes de Febrero, se han visto pasar por lo menos dos oleadas de creciente con caudales en Misión la Paz de por lo menos 1.700 m3/s y caudales medios (mínimos) de alrededor de 700 m3/s.  Durante el estío del 2009-2010 los caudales máximos han sido, hasta hoy, inferiores a los 700 m3/s en tres oportunidades; con una media regular que oscila entre los 300 y 400 m3/s.  Ninguno de los picos habidos a la fecha duraron más que unas pocas hora.

Como para tener una idea más clara de lo que estamos diciendo, cabe hacer referencia a los volúmenes de agua y lodos que pasaron desde el 2003 hasta la fecha, por la estación de aforo de Misión La Paz.  Para la comparación, tomamos el período comprendido entre el 1 de Agosto de cada año hasta el 23 de Febrero del siguiente:

En el 2003 pasaron 3.117 Hm3 (Hectómetros cúbicos)
En el 2004 pasaron 3.969 Hm3
En el 2005 pasaron 4.507 Hm3
En el 2006 pasaron 4.528 Hm3
En el 2007 pasaron 5.657 Hm3
En el 2008 pasaron 5.270 Hm3
En el 2009 pasaron 5.854 Hm3

Es decir, que tomando un período de seis meses cada año, para esta fecha el promedio anual de agua que pasó durante casi toda la década ha sido de 4.700 Hm3.

El paso de agua, en el período 1 de Agosto 2009 al 23 de Febrero del 2010, ha sido de 2.529 Hm3, muy inferior a la mínima y a la media de la década.  Los volúmenes son tan pequeños y los picos tan poco significativos, que prácticamente no hubo derrames en el río y en los canales aguas arriba, desde Msión La Paz hasta Pozo González, con un ingreso mínimo hacia el canal de Paraguay, en La Embocadura, y otro mucho menor en el canal de Surubí-Batería. Por este motivo no puede justificarse el accidente ocurrido por una creciente súbita.  Por el contrario, es un aviso claro de que algo está fallando y es necesario atenderlo antes de que ocurra un desastre.

La defensa de El Potrillo y la nueva obra entre El Silencio y El Quebracho no soportaron el paso de las aguas que, sin violencia y con volúmenes generales reducidos, corrían a su lado.

Esta obra defensiva es una de las más importantes de la cuenca baja.  Diseñada a partir de cálculos de máximos caudales,  prolongada en su extensión y reforzada en sus partes más críticas; se ha mantenido sin problemas con impactos mucho más violentos, como los del 2007 y 2008.  El lento pero continuo proceso natural de transporte de sedimentos y depósito en las zonas bajas, fue elevando el valle de inundación de la zona de El Reventado, a cinco kilómetros de El Potrillo.  Actualmente, lo que eran extensos bajos por donde circulaba el río y su bañado, es una zona sobreelevada, con una pendiente notoria hacia la defensa.  Esta pendiente provoca el desplazamiento de toda el agua por los montes, las picadas de exploración petrolera y el antiguo canal de provisión de agua.  La misma termina recostandose sobre el terraplén de tierra en uno de sus puntos más críticos: una compuerta de hormigón en desuso.

Se trata de una toma de agua para un canal que proveía agua potable al pueblo.  Se utilizaba antes de haber sido diseñada la defensa y dejó de funcionar una vez hecha la perforación profunda, en el año 2005.  En el proyecto se respetó este paso de agua, imaginando un control mediante la compuerta.  La combinación del hormigón con los terraplenes de tierra de la defensa presentaron, desde el principio, fallas graves de estructura, con filtraciones y cárcavas provocadas por las lluvias.  Tanto la población local de Potrillo como miembros del equipo de monitoreo, han advertido a las autoridades pertinentes de estas fallas, algunas de las cuales se corrigieron años atrás.  Sin embargo, en los últimos dos años no se le brindó la atención necesaria, confiándose en la solidez estructural de la obra en su conjunto y en los pocos caudales registrados.

 

  
La compuerta, en una inspección del 2006 (un año después de su construcción).  Se observan grietas y cárcavas a ambos lados del terraplén, debido a las lluvias del verano del 2006 



Estado de la compuerta en una inspección hecha en junio del 2009.  Se observa el nivel del sedimento acumulado en la creciente 2008-2009, el acrecentamiento del nivel del suelo del lado del bañado y la presencia de cárcavas profundas en el sector Sur (donde se rompió el 20 de febrero)

 El avance del proceso de colmatación de las zonas bajas, fue llevando a que, desde el 2008, el agua comenzara a "recostarse" permanentemente sobre la defensa, aún en tiempos de bajante.  El antiguo canal de provisión de agua sirvió como canal derivador del agua del bañado, atendiendo a las nuevas pendientes.  Poco a poco, ya desde el 2009, los niveles de agua sobre la defensa fueron elevándose de manera crítica, dejando menos "revancha" respecto a la coronación de la misma.  La presencia de la obra de hormigón no fue tomada en cuenta para una acción preventiva, a lo que se sumó la fuerza del agua avanzando por el canal y golpeando en la base de la compuerta.  El agua recostada sobre una extensa porción de la defensa humedeció la base y fue aflojando la estructura hasta romper su anclaje en uno de sus costados.

El resultado fue una entrada con violencia de la masa líquida, debido a los desniveles, que avanzó por el canal prácticamente hasta la zona poblada detrás del Centro Educativo de Nivel Medio, y por los bajos hasta pocos metros del asentamiento de la gente de Isla Colón.  Los pobladores criollos que se encontraban ubicados en el "Cruce de La Tigra Norte" tuvieron que abandonar sus casas, corrales y otras mejoras, que quedaron bajo el agua.

Una acción rápida de diferentes organismos del gobierno provincial y Defensa Civil controlaron momentáneamente la situación; pero el aviso ya está hecho: la Defensa ya no soporta, con su estructura actual, una mínima creciente.  Hoy El Potrillo se halla en zona de alto riesgo y es necesario repensar colectivamente las estrategias de ocupación del espacio.  El período de estío aún no ha terminado.  Una nueva construcción del territorio se avecina, este año o el próximo.  De la reflexión sobre los acontecimientos y de la capacidad colectiva de organizarse dependerá que se planifique sin pánico una reubicación o que se espere a tener una situación de emergencia mucho más crítica en las próximas crecientes.