El análisis de la imagen LANDSAT ETM 7 229-076 del 10 de Mayo de la zona
de Misión La Paz-Pozo Hondo hasta La Chaqueña-Palma Sola, y las
comunicaciones recibidas en la última semana por parte de los pobladores
locales, nos han permitido elaborar un breve análisis de la situación
del río y los bañados, pasado ya el impacto de la creciente del 2013.
En la zona de Pozo Hondo se observa el cordón defensivo
desde aguas arriba del destacamento militar, hasta el pueblo de Pozo
Hondo. Se puede prever que en caso de actuar eficientemente esta
defensa, en la próxima creciente (2013-2014) aumentará sensiblemente el
riesgo sobre Misión La Paz, poniéndola en una situación de alta
vulnerabilidad.
En la zona de los canales se observa un ingreso
pobre hacia Argentina. Hay una importante modificación de la curva del
río, entrando ya en territorio paraguayo. En el canal paraguayo, luego
de la doble curva de ingreso más pequeña, se observa una limpieza
paralela, que corresponde al canal paralelo que se hizo el año pasado
antes de la creciente. En la próxima creciente, el impacto de esta
pequeña obra podrá ser el la ruptura de la curva y el ingreso a Paraguay
por un canal del doble del tamaño que el actual, poniendo en serio
riesgo el ingreso a Argentina.
En
Paraguay se observa que la cañada Lamadrid está colmatada prácticamente
hasta San Antonio. Esto significa que para el año que viene Mistolar
queda en medio del bañado. A la vez, se puede prever un desborde
importante hacia Argentina desde la zona San Antonio-San Andrés y por el
cauce del Pichi. Esto puede poner en peligro a Potrillo desde el Norte
y a los parajes de la ruta 86, especialmente Puerto Irigoyen, que ya
tuvo un avance del agua este año.
En la zona de La Rinconada-El Solitario (Argentina) se nos
comunicó que hay una importante acumulación de sedimentos (suelos y
vegetación) que fueron arrastrados hacia ese sector por las limpiezas y
canalizaciones hechas en 2012 aguas arriba (zona de Patillo-La Esquina).
La falta de ingreso de agua hacia Argentina y la colmatación con barro y materiales vegetales de las lagunas y esteros que se usan corrientemente para la pesca, está afectando
seriamente a los pescadores Wichi y Toba de Formosa, atentando contra su
capacidad de independencia alimentaria. Esta situación crítica está
dando oportunidad a los cortadores de madera para lograr permisos por parte de los "caciques", a fin de ofrecer trabajos de
obraje, apuntando hacia el palosanto, el algarrobo y el quebracho principalmente. Esto atenta contra la integridad de los bosques nativos de la
región y provoca serios conflictos al interior de las organizaciones
indígenas. A su vez, se constituye en una seria amenaza para garantizar la alimentación en el futuro; ya que estas especies, junto con otras del bosque nativo, ofrecen alimento (como es el caso del algarrobo) o albergan especies animales que son usadas como alimento y medicina entre los pueblos de la región. De esta manera, nuevas formas de etnicidio se van perpetrando en las costas del Pilcomayo, al atacarse o descuidarse los últimos restos de naturaleza y territorio que pueden brindar seguridad alimentaria para los pueblos la región.
Las organizaciones de la sociedad civil comprometidas con la gestión de la cuenca del Pilcomayo, junto a los pueblos indígenas y las poblaciones criollas, asociados a otras organizaciones cooperantes en el proceso de gestión del territorio y el ambiente, han desarrollado un modelo de monitoreo participativo de la cuenca del río Pilcomayo. Sus resultados expresan la mirada local sobre las problemáticas del territorio.
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