lunes, 7 de abril de 2014

Un poco más acerca del significado y alcances del Monitoreo Ambiental del Pilcomayo

Varias personas nos preguntaron en qué consiste el monitoreo.  Para no responder a cada una por separado e imaginando que otros también se lo preguntan; daremos una respuesta general que puede facilitar la comprensión de nuestras actividades en la cuenca del Pilcomayo.

El objetivo del monitoreo ambiental es mucho más amplio que el de avisar si viene la creciente o si se espera un período crítico de sequías.  Entendemos por "ambiente" al espacio de relación entre la naturaleza y las actividades de la sociedad humana.  Esto hace que en el monitoreo, en principio y en teoría, entre todo lo que los diferentes cambios en la naturaleza afectan a las sociedades humanas de la cuenca y, a la vez, todo lo que las sociedades hacen que afectan a la estructura o funcionamiento de la cuenca.  "Monitorear" significa, desde nuestra perspectiva, que tomamos una época como referencia en una línea de tiempo, que viene a ser nuestra "línea de base" y a partir de ahí observamos los cambios con el objetivo de generar estados de alerta temprano ante inminencia de inundaciones o períodos de sequías extremos que puedan afectar la vida y producción de las poblaciones humanas y de los sistemas naturales asociados a la cuenca.  Esta "línea de base" incluye un conocimiento lo más profundo posible de la historia del Pilcomayo, que es tomada en cuenta para evaluar si los cambios que se producen están en el marco de una "normalidad" pautada por su comportamiento histórico, o si se alejan de dicha normalidad; que puede ser por razones profundas, estructurales (como podrían ser cambios en el comportamiento climático) o por acciones humanas de suficiente envergadura como para alterar los procesos naturales (como obras hidráulicas que modifiquen aspectos funcionales o estructurales).

En la medida de lo posible monitoreamos también los cambios sociales que se producen en la cuenca, relacionados con la evolución del río.  A veces no publicamos muchas cosas, sólo las usamos para nuestro trabajo directo con la gente, en el oeste de Formosa y Salta; en Paraguay y, en menor medida, en Bolivia.  Esto tiene que ver con los desmontes, los cambios de uso de la tierra, la inserción de intereses extraterritoriales en la cuenca que afectan a la vida de las poblaciones locales o a la naturaleza; a los problemas políticos, de gobernabilidad, de gobernanza, a sus soluciones (cuando las hay, cuando se producen políticas y acciones que resuelven esos problemas), la pérdida de biodiversidad, la llegada de nuevos vectores de enfermedades o patologías, el aumento de vulnerabilidad de los sistemas sociales y naturales de la cuenca; su creciente fragilidad ante grandes cambios estructurales (climático, por ejemplo); el consecuente aumento de riesgos e identificación de tipos de riesgos que nos llevarán a incluirlos en el sistema de alerta... En fin, entra todo lo que hace a las sociedades humanas y al sistema natural que se encuentra en el territorio de la cuenca y hacen a la identidad de la misma.

Hoy el monitoreo Pilcomayo funciona en gran medida mediante aportes voluntarios de la gente del río; aportes que no son en dinero, sino en informaciones que nos envían y en información que les enviamos y que se difunde abiertamente por las radios, los celulares, internet y el "cara a cara".  Pero esto representó un trabajo financiado externamente por organizaciones de cooperación internacional.  Se destacan entre ellas Garfield Foundation, Brot für die Welt, AVINA, GGF; entre las que mayores aportes hicieron. Indirectamente también la Unión Europea y la Comisión Trinacional del Pilcomayo, a través de contratos hechos por el Proyecto de Gestión Integrada y Plan Maestro, de la Comisión Trinacional, a organizaciones indígenas para la identificación de criticidades de la cuenca.   Estos fueron más de catorce años de apoyo financiero, y aún necesitamos mantener financiamientos externos para hacer viajes regulares a fin de verificar con la gente los cambios y pagarle a los profesionales que hacen las interpretaciones (desde sus disciplinas específicas) acerca de dichos cambios, y nos permiten desarrollar informes anuales. 

Tenemos la idea de ir generando un espacio similar para la cuenca del Bermejo, pero nos falta todavía mucho.  Así que el monitoreo del Bermejo es aún un sueño inalcanzado.  Por el momento, una utopía.

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